viernes, 22 de octubre de 2010
JUSTICIA PARA MARIANO FERREYRA
Por Luis Ammann
El Partido Humanista se ha pronunciado hoy lamentando la muerte del joven Mariano Fereyra y repudiando el uso de la violencia en cualquiera de sus expresiones como metodología de lucha. Por cierto, los humanistas nos solidarizamos también con sus familiares y amigos y exigimos justicia. Ya lo hemos dicho y se expresó esta tarde con toda claridad en la marcha multitudinaria a Plaza de Mayo: la sociedad argentina ha recuperado la valoración de la vida humana y no tolerará la impunidad.
Para quienes no conocen el contexto en que se inscribe este hecho consignamos brevemente que, como resultado del desguace de las empresas estatales en la década del 90 -obra y gracia de Carlos Menem- cuentan con personal de planta y trabajadores tercerizados por otras empresas contratistas. En este caso, la manifestación del miércoles 20 era de trabajadores tercerizados del Ferrocarril Roca, acompañados de militantes de partidos políticos de izquierda.
Es que la situación de esos trabajadores es de suma precariedad, como se evidencia en 2003 al reiniciarse la negociación colectiva salarial y hay una brecha en constante aumento con los años, particularmente en el caso de las empresas tercerizadas ferroviarias, donde los empleados por convenio perciben remuneraciones que triplican los salarios que reciben los que dependen de sub-contratistas.
El día 20 en el comunicado en el que los trabajadores anunciaron el corte de vías como modo de protesta alertaron que “los sindicatos ferroviarios recurren a patotas que utilizan contra los trabajadores. Es el modo de defender “el extraordinario negociado de las contrataciones y son cómplices en la explotación de nuestros bajos salarios y la precariedad laboral”. Los mismos sindicatos son agentes de contratación de trabajadores y muchas de esas empresas son propiedad de burócratas sindicales, entre los cuales los tercerizados señalan a José Pedraza, el titular del gremio. En ese contexto hay que ubicar la muerte de Mariano y los heridos de bala hospitalizados por disparos provenientes de un solo lado.
José Pedraza -lo recordamos- fue socio de Menem en el saqueo de los Ferrocarriles y es uno de los burócratas sindicalistas denominados “gordos” junto a otros dirigentes gremiales como el bancario Juan José Zanola, hoy preso por la venta de medicamentos adulterados a los enfermos de cáncer de su obra social y otras “figuras” como Luis Barrionuevo, todos aliados políticos del peronista de derecha Eduardo Duhalde. Por tanto es falso que Pedraza haya participado en el acto organizado por Hugo Moyano -como señaló la prensa de la oposición- en el estadio de River al que concurrió la presidente y su esposo. El intento por relacionarlo con el gobierno es una burda mentira.
La repugnancia no tiene fin. A los humanistas nos resulta particularmente repulsiva la actitud de los partidos y facciones que están tratando de obtener rédito publicitario de esta muerte absurda, en un intento de confundir a la opinión pública. Es evidente la responsabilidad en esta infamia de todo el arco político que va de la extrema izquierda a la centroderecha y se agrupan bajo la denominación de “oposición”. Mientras dificultan la investigación con rumores contradictorios y declaraciones estruendosas de dirigentes de segunda línea, los “medios de comunicación” están empeñados en un juego macabro que trata de salpicar de dudas a autoridades nacionales.
Pareciera que, ante la imposibilidad de acusar al gobierno por actos de represión policial -una característica que lo distingue de todos los anteriores- están tratando de desviar los hechos hacia una hipotética, indirecta y lejana responsabilidad gubernamental por tener el apoyo de lo que llaman la “burocracia sindical”.
Los humanistas requerimos de las autoridades nacionales el mayor empeño en el esclarecimiento del hecho en una investigación transparente que, como dijo la Presidenta de la Nación, llegue hasta los responsables intelectuales de este hecho. Es posible que si esto se realiza a conciencia y con valentía se llegue al mismo responsable de la muerte de los militantes sociales Maximiliano Costegui y Darío Santillán. Sería un triunfo reivindicativo de la justicia y el mejor homenaje a estos tres jóvenes que cayeron por las balas del capitalismo.
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